El Diario de Ana Frank: Textos Extraídos
"El papel es más paciente que los hombres."
"Con este calor cubro todas las distancias a pie. Ahora empiezo a comprender que cosa tan maravillosa es un tranvía; sin embargo, a los judíos ese placer ya no nos está permitido."
"Pero se juzgaba que un libro sobre un tema especial tenía que quedar en las manos de las personas mayores. Ello bastó para despertar la curiosidad de Peter: ¿Qué podía haber de prohibido en aquel libro?"
"Luego de esta escena, estoy segura de una cosa: peleándose abiertamente de una buena vez es como se aprende a conocerse a fondo. ¡Es entonces cuando en realidad puede juzgarse un carácter!"
"Imposible huir. La mayoría tienen el cráneo afeitado y con marca; otros, además, se reconocen por su tipo judío."
"pasado el susto, es bien fácil reírse de estas cosas."
"Al reflexionar, de vez en cuando, sobre la manera como vivimos aquí, llego casi siempre a la misma conclusión: comparados con los judíos que no están escondidos, nosotros debemos creernos en el paraíso. Sin embargo, más tarde, cuando todo retorne a la normalidad y habitemos como antes nuestra casa decentemente arreglada, no podré dejar de asombrarme al recordar hasta qué punto nos vemos ahora reducidos."
"Si tú leyeras mis cartas una tras otra, no podrías dejar de notar que varían según esté bien o mal dispuesta. No me agrada depender de mi humor"
"Toda esta admiración ¿no habría hecho de mí una arrogante? Tuve suerte, la de ser arrojada bruscamente a la realidad, y he necesitado más de un año en habituarme a una vida desprovista de toda admiración."
"No pienso ya en la miseria, sino en la belleza que sobrevivirá."
"Aquel que es feliz puede hacer dichosos a los demás. Quien no pierde ni el valor ni la confianza, jamás perecerán por la miseria."
"Decididamente, mi vida aquí ha cambiado. Mejoró mucho. Dios no me abandona y nunca lo hará."
"Ya te he dicho que mi alma está, por decirlo así, dividida en dos."
"Esta primera parte está siempre en acecho, rechaza a la otra, que es más hermosa, más pura y más profunda. La parte hermosa de la pequeña Ana nadie la conoce, ¿verdad? Por eso son tan pocos los que que quieren de veras."
"Puedes imaginar cuantas veces he tratado de rechazarla, de asestarle golpes, de ocultarla. Y eso es que, en realidad, no es más que la mitad de todo lo que se llama Ana. Pero no ha servido de nada, y yo sé por qué.
Tiemblo de miedo de que todos cuantos me conocen tal y como me muestro siempre, descubran que tengo otra parte, la más bella y la mejor."
"Pero en la soledad su voz domina casi siempre."
"Como ya te lo he dicho, veo y siento las cosas de manera totalmente distintas a como las expreso hablando. Por eso me denominan, alternativamente, volandera, coqueta, pedante y romántica. Ana la Alegre ser ríe de eso, responde con insolencia, se encoge indiferente de hombros, pretende que no le importa. Pero ¡ay!, Ana la Dulce reacciona de la manera contraria. Para ser completamente franca, te confesaré que eso no me deja indiferente, que hago infinitos esfuerzos por cambiar, pero que me debato siempre contra fuerzas que me son superiores."
"¡Ah, cuánto me gustaría escucharla! Pero eso no sirve de nada. Cuando me demuestro grave y tranquila, doy la impresión a todo el mundo de que interpreto otra comedia, y en seguida recurro a una pequeña chanza para zafarme; no hablo siquiera de mi propia familia que, persuadida de que estoy enferma, me hace engullir sellos contra las jaquecas y los nervios, me mira la garganta, me tantea la cabeza para ver si tengo fiebre, me pregunta si no estoy constipada y termina por criticar mi mal humor.
Yo no puedo soportarlo: cuando se ocupan demasiado de mí, primero me vuelvo áspera, luego triste, revirtiendo mi corazón una vez más a fin de mostrar la parte mala y ocultar la parte buena, y sigo buscando la manera de llegar a ser la que yo tanto quería ser, la que yo sería capaz de ser, si... no hubiera otras personas en el mundo."
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