Juan Salvador Gaviota: Textos Extraídos.





Primera Parte

"Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar."

"Este modo de pensar, descubrió, no es la manera con que uno se hace popular entre los demás pájaros. Hasta sus padres se desilusionaron al ver a Juan pasarse días enteros, solo, haciendo cientos de planeos a baja altura, experimentando."

"- ¿Por qué, Juan, por qué? -preguntaba su madre-. ¿Por qué te resulta tan difícil ser como el resto de la Bandada, Juan? ¿Por qué no dejas los vuelos rasantes a los pelícanos y a los albatros? ¿Por qué no comes?"

"Sólo pretendo saber qué puedo hacer en el aire y qué no. Nada más. Sólo deseo saberlo."

"En diez segundos, volaba como una centella sobrepasando los ciento treinta kilómetros por hora. ¡Juan había conseguido una marca mundial de velocidad para gaviotas!"

"Pero el triunfo duró poco."

"Cuando recobró el sentido, era ya pasado el anochecer, y se halló a la luz de la Luna y flotando en el océano. Sus alas desgreñadas parecían lingotes de plomo, pero el fracaso le pesaba aún más sobre su espalda. Débilmente deseo que el peso fuera suficiente para arrastrarle al fondo, y así terminar con todo."

"Si estuviese destinado a volar a alta velocidad, tendría las alas cortas de un halcón, y comería ratones en lugar de peces. Mi padre tenía razón. Tengo que olvidar estas tonterías. Tengo que volar a casa, a la Bandada, y estar contento de ser como soy: una pobre y limitada gaviota."

"Así todo el mundo se sentiría mas feliz."

"Ahora no había nada que le atara a la fuerza que le impulsaba a aprender, no habría mas desafíos ni mas fracasos."

"¡Alas cortas! ¡Las alas cortas de un halcón!
¡Ésta es la solución! ¡Qué necio he sido! ¡NO necesito más que un ala muy pequeñita, no necesito más que doblar la parte mayor de mis alas y volar sólo con los extremos! ¡Alas cortas!"

" y sin pensar por un momento en el fracaso o en la muerte,"

"Olvidó sus resoluciones de hace un momento, arrebatadas por ese gran viento. Sin embargo, no se sentía culpable al romper las promesas que había hecho consigo mismo. Tales promesas existen solamente para las gaviotas que aceptan lo corriente. Uno que ha palpado la perfección en su aprendizaje no necesita esa clase de promesas."

"Sólo pensó en el triunfo. ¡La velocidad máxima! ¡Una gaviota a trescientos veinte kilómetros por hora!"

"En lugar de nuestro lento y pesado ir y venir a los pesqueros, ¡hay una razón para vivir! Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia, podremos descubrirnos como criaturas de perfección, inteligencia y habilidad. ¡Podremos ser libres! ¡Podremos aprender a volar!"

"Ponerse en el centro sólo significaba gran vergüenza o gran honor."

"- Juan Salvador Gaviota -dijo el mayor-. ¡Ponte al Centro para tu Vergüenza ante la mirada de tus semejantes!"

"Juan Gaviota descubrió que el aburrimiento y el miedo y la ira, son las razones por las que la vida de una gaviota es tan corta, y al desaparecer aquellas de su pensamiento, tuvo por cierto una vida larga y buena."

"- Sí que puedes, Juan. Porque has aprendido. Una etapa ha terminado, y ha llegado la hora de que empiece otra."


Segunda Parte

"Había un límite a lo que podía hacer con su nuevo cuerpo, y aunque iba mucho más rápido que en su antigua marca de vuelo horizontal, era sin embargo un límite que le costaría mucho esfuerzo mejorar. En el cielo, pensó, no debería haber limitaciones." 

"Durante los próximos días vió Juan que había aquí tanto que aprender sobre el vuelo como en la vida que había dejado. Pero con una diferencia. Aquí había gaviotas que pensaban como él."

"No aprendas nada, y el próximo mundo será igual que éste, con las mismas limitaciones y pesos de plomo que superar."

"- Chiang, este mundo no es el verdadero cielo, ¿verdad?"

"No, Juan, no hay tal lugar. El cielo no es un lugar, ni un tiempo. El cielo consiste en ser perfecto."

"El secreto, según Chiang, consistía en que Juan dejase de verse a sí mismo como prisionero de un cuerpo limitado, con una envergadura de ciento cuatro centímetros y un rendimiento susceptible de programación."

"Siempre resulta cuando se sabe lo que se hace."

"Pero supera el espacio, y nos quedará sólo un Aquí. Supera el tiempo, y nos quedará sólo un Ahora."


Tercera Parte

"- Tu cuerpo entero, de extremo a extremo del ala -diría Juan en otras ocasiones-, no es más que tu propio pensamiento, en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento, y romperás también las cadenas de tu cuerpo."

"- La única Ley verdadera es aquella que conduce a la libertad -dijo Juan-. No hay otra."

"Día a día aumentaba la muchedumbre que venía a preguntar, a idolatrar, a despreciar."

"Éste es el precio de ser mal comprendido, pensó. Te llaman diablo, o te llaman dios."

"Tienes que practicar y llegar a ver a la verdadera gaviota, ver el bien que hay en cada una, y ayudarlas a que lo vean en sí mismas. Eso es lo que quiero decir por amar. Es divertido, cuando le aprendes el truco."





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